Es una palabra extraña que vive en los últimos rincones de nuestro idioma. Es una palabra triste porque casi nadie la usa. Plétora sucede cuando tenemos muchas cosas para enumerar.
Cuando escucho la palabra, me imagino a Plétora como una señora con rulos, de cabello negro universo, y cada rulo es una galaxia.
Plétora tiene un cuarto infinito donde guarda millones de cosas. Todas las tardes (en su tiempo cósmico), ella saca todo lo que tiene en el cuarto infinito, cuenta, organiza, enumera y vuelve a guardar en orden. Es un ciclo infinito de conteo y enumeración. Plétora es responsable de inventariar todo lo que existe en el universo.
Todos estamos llenos de “cosas” a las que tenemos que hacerles plétora, ya sea para recordarlas, comprenderlas, analizarlas o simplemente sacarlas de nuestro interior al inventariar aquello que ya no debe estar con nosotros. Prejuicios, por ejemplo, hay que hacerles una plétora y sacarlos de nuestra mente y corazón. Enumerar las tristezas y empezar a dar de baja muchos recuerdos que hacen daño.
Yo tengo plétora de recuerdos, tareas pendientes, metas atascadas, atardeceres no cazados, amaneceres no contemplados, sonrisas grabadas en mi mente y, como siempre, plétoras de palabras.
Que bonito que escribes, felicitaciones. Si Pedro mi amigo, te pudiera leer, seguro que estaría pletórico de orgullo.
Muchisimas gracias por esas lindas palabras y por leer. Me gusta pensar que a mi papá le gustaría lo que escribo.