El cuento de junio

Una hoja

Había un árbol al que le quedaba una hoja. Estaba muriendo de sed. Hacía muchos soles que no llovía, se fue marchitando y las hojas se le cayeron.

El árbol cuidaba mucho esa hoja. La mantenía viva, pues recibía los rayos del sol. De agua y sol viven los árboles.

De repente, una brisa fuerte lo sacudió y cayó la única hoja que tenía. “Este es mi fin”, dijo el triste árbol. Pero la brisa le habló: “Te van a salir más hojas que danzarán conmigo”. La brisa venía acompañada de lluvia.

La tierra árida se volvió suave y refrescante. La vida, en pocos instantes, comenzó a germinar y la esperanza brilló en los ojos de aquel árbol casi marchito.

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